B de bonito, que, quien diga lo contrario, miente.
E de emblemático: está ubicado a la falda de un castillo que lo vigila como fiel guardián.
L de lugareño, pues todo aquel que lo visita se siente como en su propia casa.
M de madre, pues todos nos sentimos como una familia.
E de especial: su acento en la penúltima letra lo hace así.
Cierra con la Z, que es la última del abecedario.
La plaza de toros se inauguró un ocho de septiembre, festividad de la patrona del pueblo y fiestas mayores de Belmez. Se estrenó con un mano a mano entre Manuel Rodríguez, «Manolete» padre, y Punteret. Por ella han pasado grandes toreros, entre ellos Dámaso Martín, Pepete, Machaquito, Belmonte, Campanal, etc.
Una de las grandes corridas aquí dadas fue la llamada «Superextraordinaria», en el 1969, por los diestros Gregorio Sánchez, Manuel Benítez «el Cordobés» y Sebastián Palomo Linares, con toros de don Manuel G. Fernández.
Pero, si nos remontamos a años anteriores, concretamente a 1930, un 8 de septiembre se lidiaron cuatro hermosos toros de la ganadería de don Félix Moreno para los espadas Joaquín Rodríguez «Cagancho» y Julio García Palmeño, repitiendo festejo al día siguiente con José Vega «Gitanillo de Triana» y Manuel Lobato «Niño de la Puerta Real».
Como verán, o, en este caso, leerán más que ver, en Belmez hay gran afición taurina. No podemos olvidarnos de un torero que casi se hizo aquí, por el gran número de veces que toreó en esta plaza: Manuel Benítez «el Cordobés». Una de las ocasiones fue dándoles un homenaje a los mineros de la zona, cuando salió en el paseíllo con la mítica lámpara de la mina.
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Como homenaje a esos cien años de vida de la plaza, se ha puesto una exposición de carteles de todas las épocas.
La plaza de Belmez es una de las más bonitas de la zona, no en vano, desde hace algunos años, se celebra en ella el cierre del ciclo de las novilladas «Fomento de la Cultura Taurina de Andalucía».
Manoli Rey García
Belmez
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